martes, 26 de enero de 2010

CCXIV: martes, febrero 08, 2005. Disquisiciones sobre la composición dichas en voz alta


(Publicado originalmente el martes 8 de febrero de 2005 en mi blog personal «http://pacorosso.blogspot.com»)
En un foro he leído esto:
"la regla de tercios ( algo básico en composición fotográfica )"
Desde hace algún tiempo soy bastante escéptico sobre muchos de los temas "clásicos" de la composición. He buscado en libros antiguos sobre estas reglas y las conclusiones a las que llego son estas: Ciertas reglas de composición, principalmente la de los tercios -la idea de que la trama de tercios crea en sus cruces unos puntos fuertes que atraen la mirada- o la regla de oro -basada en la proporción de medio y extremo- son fruto del folclore y tienen dentro del arte una categoría similar a la de los cuentos de la atlántida o de civilizaciones marcianas en la prehistoria.
De lo que me percato es que todas esas reglas son fruto de los tiempos modernos. Que cuando uno acude a trabajos sobre arte, jamás aparecen esas reglas. Que esa idea tan socorrida según la cual "yo era un pobre ignorante pero había fotos que me gustaban, hasta que un día aprendí las reglas de composición y entonces me dí cuenta de que todas las fotos que me gustaban las cumplían" es mentira y es del tipo de cuentos populares que solemos repetir como si fueran cosas que nos han pasado.
¿Por qué digo esto? Porque leyendo a Vitrubio, a Francisco Pacheco, a Carducho, a León Alberti, a Palomino, a Palladio, a Leonardo Da Vinci, ninguno dice nada parecido a esas reglas. Antes bien, la importancia que se da "la simetría" y a las "proporciones" se refieren siempre a cuidar que la figura, normalmente humana, esté dibujada según unas proporciones establecidas que dependen del tipo de figura a realizar. Por ejemplo no se dibuja igual a un héroe que a un villano que a una mujer. Y una mujer se dibuja con diferentes proporciones según sea una Venus o una Diana. Por lo demás, la ubicación de las formas dentro del cuadro o las proporciones de las partes del cuadro son temas de los que nunca se habla. Cuando se crea un sistema de proporciones que no sea para una figura siempre se refiere a la arquitectura, no a la pintura.
En el libro "El Retrato" de Francastel, obra que recomiendo a quien quiera entender el retrato desde una perspectiva distinta de la que se empeñan en enseñarnos, se insiste en la idea siguiente:Al término de la edad media hay un interés por elevar el prestigio social del artista. En concreto de los artistas del dibujo. Las artes del dibujo son la pintura,la escultura y la arquitectura. El artista debe aparecer como un trabajador intelectual, no manual. La especulación práctica del mundillo del arte es recogida y formalizada por los teóricos, entre ellos el "nefasto Alberti" en palabras de Francastel que insisten en tres ideas:1ª A una obra puede agregársele "belleza".2º Los antiguos conocían el secreto de como agregar esta belleza a la obra.3º El secreto para agregar belleza a la obra consiste en copiar a la naturaleza. Estos tres principios son aireados y perviven hasta nuestros días. Con unas matizaciones, porque para nosotros de "los antiguos" forman partes quienes crearon estas teorías, mientras que para ellos, el arte había perdido el norte y los antiguos de los que hablaban eran lo artistas de la antigua Grecia y Roma.
A partir de entonces sobreviene una especie de interés por formular esas reglas sobre las que se basa el arte y la belleza. Las conclusiones de la época son las siguientes:
  1. Dios ha creado el mundo.
  2. Dios ha creado el mundo de forma perfecta.
  3. Al copiar el mundo (la naturaleza) copiamos la perfecta obra de dios.
  4. El mundo está ordenado según una secuencia de números perfectos (enteros).
  5. Las relaciones (proporciones) de estos números perfectos pueden oirse. Son los intervalos consonantes de la música.
  6. Podemos crear belleza copiando en el edificio las relaciones numéricas de la música.
  7. El hombre es la mayor obra de dios.
  8. Tenemos que conocer las proporciones con las que dios hizo al hombre para poder expresar la belleza del mundo.



Como resultado de esto se hizo un sistema para la arquitectura de proporciones basado en las relaciones de 1:1, 2:1, 4:3, y 3:2. Los intervalos musicales de octava, cuarta y quinta. Curiosamente no usaron la 5:4, el intervalo de tercera, que no estaba dentro de la teoría musical de entonces.
¿Y la regla de los tercios? Bueno, está la proporción de 3:2, que podría verse como la regla de los tercios si no fuera por dos cosas:1º Se refiere a arquitectura. Nunca se la cita en pintura. 2º No es la única proporción aplicable. Precisamente el sistema platónico de proporciones, puesto que eso es lo que es al fin y al cabo, fue duramente criticado desde el empirismo inglés. Es la época en la que el intervalo de tercera había entrado por la puerta grande de la música con los trabajos que dan lugar a la época musical moderna: la obra teórica de Zarlino. La crítica consiste en que si los intervalos eran tan perfectos y debían ser la guía a la hora de edificar ¿Por qué no se hablaba del intervalo de tercera (4:5)? Por la sencilla razón de que el sistema no es realmente una explicación de la belleza en el mundo. ¿Por qué entonces aparecen gratas a la vista "como la música al oído" las proporciones citadas? Respuesta: Por la sencilla razón de que la costumbre sanciona como hermoso aquello que estamos acostumbrados a que nos digan que es hermoso.
¿Y la proporción divina? De eso no hay el menor rastro en la obra artística hasta el siglo XX con los trabajos de Ghyka, Hammings y otros. La divina proporción solo fue tema de conversación entre una minoría de matemáticos con interés por la estética, pero nunca entró a formar parte de la práctica de la pintura. Por ejemplo, la composición en tercios.
El retrato, históricamente, ha sido siempre centrado. Los primeros retratos descentrados se realizan en la corte inglesa en una época tan tardía como el siglo XVIII. Hacia la década de 1720 Mytens y Van Eyck comienzan a separar las figuras del centro colocándolos a un lado ¿En el tercio? Bueno, el retrato de Carlos II de Van Eyck es la única muestra que he encontrado de retrato compuesto por tercios de las más de 3000 pinturas que he estado viendo en estos meses. Así que un solo cuadro como ejemplo de composición por tercios ¿Hace una regla?
De manera que olvidémoslo:
1º La regla de los tercios es un invento de los profesores de instituto del siglo XX. 2ºLa regla de los tercios es un tópico sin base histórica que tiene más que ver con el folclore que con la composición estética y el diseño gráfico. 3ºTratar de componer según una regla de antes de ayer solo nos lleva a repetir las fotos que ya han hecho quienes creen en las reglas.
Con todo esto quiero decir:
  1. Que no hay reglas de composición que aplicar.
  2. Que el punto anterior no significa "aprender y olvidar" por cuanto esta actitud en realidad indica haber asimilado la regla hasta el punto de ejecutarla automáticamente, sin consciencia de ella; como olvidamos los pasos a realizar para comer con una cuchara. Antes bien, el punto 1º significa sencillamente que no hay reglas que aplicar fuera del juicio propio sobre lo que vemos. Componer una foto es como subir un piano a un tercer piso con una cuerda. No se trata de calcular la tensión de la cuerda, sino cogerla y que sea tu mano la que te indique la fuerza a hacer para subir el peso o descansar cuando deba. Es el ojo, mirando por el visor el que dice cuando está la foto lista.



Una cosa son los principios de la percepción; porqué algunas cosas nos atraen más que otras. Al respecto pueden consultarse las escuelas clásicas de la gestalt, la subjektive fotografie de Steinert o los escritos de Kandinsky. En especial recomiendo sobre quien le interese el tema de por qué nos atraen algunas obras que lea "Arte y percepción visual" de Arhmein. Lo que trato de hacer entender no es que no haya unos principios aprovechables, lo que critico es que reduzcamos esos principios a "la regla de los tercios" y "la regla de oro" como única manera de hacer las cosas. Y para demostrarlo es para lo que insisto en que estas reglas son formulaciones recientes y de las que no hay rastros de un uso práctico en el pasado. Que si quieres descentrar una figura no tienes que hacerlo obligatoriamente en un tercio. Que no existen los puntos fuertes que se cruzan en las tramas de tercios. El único punto fuerte que hay en el cuadro es el centro (Léase el 1er capítulo de la obra de Arnheim sobre este tema). Sin embargo solo os pido que leáis los comentarios a las fotografías que se hacen en los foros de internet y en muchas revistas: siempre estáis excusándoos en que se cumple o no se cumple los tercios. Y medís la calidad de la foto, no por lo que viene en ella sino por si la cara está más o menos cerca de un cruce de tercios. Son dos cosas distintas.
Los principios de la percepción realzan la simetría, la repetición, el orden. A la vista le gustan las cosas claras. Los cortes francos, no las medias tintas. Las formas crean tensiones visuales. Tensiones que están motivadas por las líneas del marco y por las relaciones de las manchas de color en el cuadro. Pero no hay una trama subyacente que da preeminencia a una posición sobre otra. Solo el centro del cuadro tiene esa capacidad. Capacidad, por otra parte, que viene de ser el centro de equipartición del plano y por tanto donde se manifiesta la división simétrica (atractiva al ojo). Pero lo que estáis haciendo con las reglas de los tercios es creerosla a pies juntillas. Y sobre todo, un concepto totalmente erróneo: No se puede agregar belleza a la obra mediante la aplicación de una regla. No es lo importante donde pongas las cosas de manera absoluta, sino las relaciones que guardan entre si los motivos del cuadro ¿Las líneas y las curvas? Hay dos tipos de líneas, las explícitas y las psicológicas. Las líneas explícitas aparecen dibujadas en el cuadro. Las psicológicas se crean uniendo mentalmente motivos del cuadro. Si nuestro ojo tiende a leer de arriba a abajo y de izquierda a derecha es lógico que toda línea que sea alta a la izquierda y baja a la derecha "ayudará" al ojo a moverse, haciéndole funcionar en el sentido de la línea. Mientras que si la línea está al contrario, alta en el lado derecho y baja en el izquierdo el ojo irá a contracorriente de su funcionamiento natural. Eso son principios aprovechables. Pero no es de eso de lo que se habla cuando se comenta una foto. No es de eso de lo que se habla cuando se lee sobre composición. Nuestro ojo está acostumbrado a -educado para- ver las cosas grandes abajo con cosas más pequeñas encima y esto por una cuestión puramente física: lo que pesa más oprime a lo que pesa menos. Así que los edificios siempre se han construido con las plantas bajas más altas que las altas. El ojo criado en esa manera de ver abomina de lo contrario: cuando una figura pequeña soporta a otra grande lo que el ojo ve no es un equilibrio, una forma serena, sino una opresión. Cuando en arquitectura el desarrollo de las estructuras metálicas y de hormigón permitió realizar plantas bajas que soportaban grandes masas hubo bastantes críticas hacia la sensación de fragilidad que daban esos edificios. No porque la estructura no fuera capaz de sostenerlo, que lo era, sino porque el ojo se rebelaba a ver las formas frágiles soportando las masas pesadas. Eso son principios de la visión aplicables. Pero lo único que leo en los artículos sobre composición es que dibuje mentalmente una trama de líneas en tercios y coloque las cosas en los cruces. Lo único que leo son los comentarios a las fotos es que has puesto (¡Bien!) o has dejado de poner (¡Bu!) las figuras en los tercios. Un ejemplo de tensión es la inclusión de una persona. Los ojos marcan una dirección. Las manos marcan una dirección. Esos son los sentidos de las tensiones. Y sin embargo no hay líneas. Es mucho más importante un ojo que mira. Tiene mucho más peso el ojo que mira que un supuesto punto de cruce de dos líneas imaginarias ¿Pero se habla de esto en los artículos de composición? No, para qué. La razón es muy simple. El hombre está educado en la interacción con otras personas. En mirar la mirada del contertulio, en mirar su boca cuando habla, en seguir los gestos de sus manos. Reconocer los gestos de la persona nos ayuda a sobrevivir. A anticiparnos al ataque. La mirada nos dice cosas que se añaden a lo que oímos. Por eso el ojo, la mano, la boca, el pecho son los puntos realmente importantes del cuadro. No cuatro puntos estáticos ubicados tras una trama invisible. Sino puntos reales que reflejan lo que la especie humana ha desarrollado a lo largo de la evolución. El niño que busca el pecho materno lo hace inconscientemente porque la especie, desarrollando esa capacidad ha permitido que el niño no muera de hambre. Cuando cae una teta sobre una foto seguimos mirándola, mucho más que cualquier "punto fuerte" de una trama hipotética. Lo que quiero decir es que los puntos fuertes no son estructurales, sino temáticos. No están ahí detrás (excepto el centro) sino aquí delante, en los motivos. Y que la composición es más o menos sosegada según deje claramente divididos los espacios y sea capaz de jugar con tensiones visuales diversas pero que se equilibran. Y eso es algo que atañe a los motivos. A lo que colocas. No "donde" los colocas. No estoy criticando "las reglas de composición" sino que:1º Se nos vendan unas reglas como si fueran absolutas. 2º Se nos engañe diciéndonos que la naturaleza es así y que esas reglas funcionan, cuando no hay fundamentos para decirlo.
Cuando digo que la regla de los tercios no hay ni que molestarse en aprenderla no quiero decir que no haya que comprender como funciona el ojo. Digo que la regla de los tercios concretamente hay que tomarla con las debidas precauciones. Que no es la única regla ni la más importante. Y que como ejemplo de esto, da lo mismo que coloques las cosas por tercios o por cuartos o por quintos o como te de la gana. Lo importante no es ceñirse a una disposición absoluta de los motivos en el cuadro, sino a una disposición relativa de los motivos entre sí de acuerdo a los temas que cada motivo representa.

3 comentarios:

paco narro dijo...

Una ovación de gala para ud. Sr. Rosso por éste interesantísimo artículo.Bravísimo !!!

Javier dijo...

Interesantísimo, muchas gracias.

Anónimo dijo...

Impresionante exposición. Muchas gracias.